Los libros son las alfombras mágicas de la imaginación. Jorge Luis Borges
La alborada
Junto a la alborada al rayar el día,
te miré a los ojos que se oscurecían,
con el cruel sentir de que partirías.
En esa mirada profunda y vacía,
no había palabras ya no sonreías,
y mi corazón de soledad ardía.
En esa alborada de aquel fatal día,
supe que jamás a mí regresarías,
y todas las lágrimas dejé contenidas.
Los amaneceres de mi alma partida,
ya no tienen luz te extraño en mi vida,
cuando me di cuenta… quedé sin alegría.
Como me dolió saber que te perdería,
antes de partir quise que dijeras,
si alguna vez sentiste lo que me decías.
En cada alborada, recuerdo respuestas.
Hoy dejo que mi sangre escurra sin prisa,
porque confesaste que no me querías.
Jyosti15/11/2009
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