Mi voz dejó cristales en la herida
profunda y sangrante de tu alma
que en vano espera en la serena noche
el mordisco de mi boca enamorada.
Susurro de amor sin latidos
que muere en el filo de la piedra
mientras los árboles se quiebran
por los sutiles pasos distraídos.
Las sábanas blancas de la agonía
se enlazan con el recuerdo nulo,
amor que nació inoportuno
y pudo fugarse sin palabras.
Hasta que me olvides
permaneceré como una brizna
de hierba amarrada al sentimiento
que te acariciará por las mañanas
…como una sola vez lo hice.
Graciela Fioretti/Jyosti
21/02/2012
**Obra Registrada**
1 comentario:
Inolvidables son tus poemas, con este estilo tan elegante que tienes para escribir...¿quién no los recuerda?
Un beso amiga.
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