
Había una vez…
Así comienza este cuento,
con todos los personajes,
liados en un encuentro,
y la historia entrelazada
con cada uno de ellos.
Había una vez…
una pradera florida y soleada,
dónde todos los animales
felices retozaban
compañados por hadas.
Había una vez…
un niño que su alegría regalaba,
por todos los lugares,
que silente visitaba.
Dejándole a las personas,
su sonrisa como alhaja.
Había una vez…
un caballero de esbelta figura,
que con una espada en mano,
hacía alarde de su destreza,
para conquistar a una princesa.
Había una vez…
una doncella esperando,
mientras sus largos cabellos peinaba,
Y mirando por una pequeña ventana,
anhelaba que un amor pronto llegara.
Había una vez…
un final feliz,
para este cuento narrado.
El caballero y la doncella
se conocieron y desposaron.
Había una vez…
Y se acaban las palabras.
Todo se ha quedado allí,
en las páginas de este libro atrapadas,
junto a la imaginación que deleita,
por un instante, la mente y el alma.
Jyosti
25/10/2009