Las cadenas del horror

Encadenado de manera infrahumana,
en el sótano de una vieja casa.
Aprendió que lo oscuridad era su amiga
y el enemigo quien le traía la comida.

El tiempo se había detenido en su ser,
en su mente y en su deteriorado cuerpo.
Los sonidos lo conectaban con el mundo
que no escuchaba sus gritos mudos.

Lánguidos rayos de sol se filtraban
entre las rendijas de una ventana sellada.
Con la única luz que alumbraba su morada,
atado a un destino cruel y sin prisa.

Ultrajado por un monstruo con forma humana,
transcurrían sus días llenos de desesperanza.
En la peor prisión que existe dentro de su alma,
sus súplicas constantes no eran escuchadas.

Repitiendo sin cesar ¡déjame por favor!
¡Ya no te hago falta!
Sin encontrar respuesta a sus lamentos,
ese lugar era en su vida, el sepulcro perfecto.

Con el recuerdo latente del día del secuestro,
y sus apenas catorce años cumplidos.
Pensaba en todo momento en su familia.
esperanzado de que lo encontrarían.

Una madrugada los golpes irrumpieron su letargo,
su cuerpo desnudo fetalmente acurrucado.
La salvación y libertad que tanto había esperado,
estaba allí, al alcance de sus manos.

No hay final feliz, su deterioro era muy grande.
Lo sorprendió la muerte en el mismo instante,
que cortaron las cadenas del horror
y se desplomó entre los brazos de su madre.

Jyosti
21/09/2009