Desasosiegos de arena,
mañanas imperceptibles,
sin dejar de caminar
esperé hasta el hastío
lo que no supe reclamarte
y tú, no te atreviste a darme.
Otra vez se han cruzado
nuestras miradas profundas,
devolviéndome la esperanza;
calma de un espejismo
que refleja la imagen invertida
de un sentimiento perdido.
La soledad enredada
entre sombras y brumas.
Lejos ¡allá arriba!
en el campanario del pecho
el corazón descontrolado
hace oír sus latidos.
Mientras el viento pasa,
ahogada en lamentos,
como caminante aturdida,
intento recordar tu cuerpo,
deseando verte nuevamente,
en el desierto de mi alma.
Graciela Fioretti/Jyosti
08/10/2012
1 comentario:
Cada vez que leo tus poemas de amor, de deseo, de reencuentros ...se me llena el alma, consigues transmitir toda la pasión que en ellos habita.
Hermosas y sentidas palabras amiga.
Un beso
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