Irrumpen el silencio los gritos,
una garganta se desgarra abruptamente.
La desesperación acompaña los latidos
galopantes de un corazón aterrado.
Mientras su cuerpo es arrastrado,
hacia los pastizales del horror.
La luna ausente y la oscuridad absoluta
no le permiten ver al atacante.
Despojada de su ropa salvajemente,
mientras una navaja amenaza su cuello.
Es la víctima de un brutal atropello
a la integridad humana del ser.
Asaltada, ultrajada, le ha robado la calma,
entre sollozos silentes su dolor clama.
Una y otra vez le sisa su intimidad,
el desmayo la sorprende, no le tiene piedad.
Pierde la noción del tiempo,
mientras el roció moja, su sucio cuerpo.
Sobre sus piernas teñidas de carmín
sepulta su rostro junto al dolor.
Suplica sin desmedro por justicia,
aquella noche nadie escuchó sus gritos.
No hay testigos del brutal ataque.
Todavía está suelto por las calles.
Como una persona cualquiera,
busca, en noches oscuras, otra victima.
Jyosti 21/02/2010
una garganta se desgarra abruptamente.
La desesperación acompaña los latidos
galopantes de un corazón aterrado.
Mientras su cuerpo es arrastrado,
hacia los pastizales del horror.
La luna ausente y la oscuridad absoluta
no le permiten ver al atacante.
Despojada de su ropa salvajemente,
mientras una navaja amenaza su cuello.
Es la víctima de un brutal atropello
a la integridad humana del ser.
Asaltada, ultrajada, le ha robado la calma,
entre sollozos silentes su dolor clama.
Una y otra vez le sisa su intimidad,
el desmayo la sorprende, no le tiene piedad.
Pierde la noción del tiempo,
mientras el roció moja, su sucio cuerpo.
Sobre sus piernas teñidas de carmín
sepulta su rostro junto al dolor.
Suplica sin desmedro por justicia,
aquella noche nadie escuchó sus gritos.
No hay testigos del brutal ataque.
Todavía está suelto por las calles.
Como una persona cualquiera,
busca, en noches oscuras, otra victima.
Jyosti 21/02/2010
*Reservados los derechos de autor. Obra registrada*
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