Cuentan que una vez Toro Bravo y Nube Azul llegaron tomados de
la mano a la tienda del viejo hechicero de la tribu. Se arrodillaron frente a
él y con mucho respeto le dijeron:
-Nosotros nos amamos y vamos a
casarnos. Pero nos amamos tanto que queremos un consejo que nos garantice estar
para siempre juntos, que nos asegure estar uno al lado del otro hasta la
muerte. ¿Hay algo que podamos hacer?
Y el viejo, emocionado al
verlos tan jóvenes, tan apasionados y tan ansiosos por una palabra, les dijo:
-Hacer lo que pueda ser hecho,
aunque sean tareas muy difíciles. Tú, Nube Azul, debes escalar el monte al
norte de la aldea sólo con una red, cazar el halcón más fuerte y traerlo aquí,
con vida, hasta el tercer día después de la luna llena. Y tú, Toro Bravo, debes
escalar la montaña del trueno; allá encima encontrarás a la más brava de todas
las águilas. ¡Solamente con una red deberás agarrarla y traerla viva para mí!
Los jóvenes se abrazaron con
ternura y luego partieron para cumplir con la misión.
El día fijado, los dos
esperaban con las aves frente a la tienda del hechicero.
El viejo sacó las aves de las
bolsas y constató que eran los ejemplares que él les había pedido.
Y ahora, ¿qué debemos hacer? Le
preguntaron con curiosidad los jóvenes.
-Tomen las aves y amárrenlas
una a otra por las patas. Una vez que estén amarradas, suéltenlas para que
vuelen.
Ellos hicieron lo que les
ordenaron. El águila y el halcón intentaron volar pero apenas consiguieron dar
pequeños saltos por el terreno.
Minutos después, las aves
irritadas al no poder volar comenzaron a agredirse una a otra, picándose hasta
lastimarse.
Entonces, el viejo les dijo:
-Jamás se olviden lo que están
viendo. Este es mi consejo: ustedes son como el águila y el halcón. Si
estuvieran amarrados uno al otro, aunque fuera por amor, no sólo vivirán
arrastrándose sino también, más tarde o más temprano, comenzarán a lastimarse
uno al otro.
Si quieren que el amor entre
ustedes perdure, vuelen juntos, pero jamás amarrados. Libera a la persona que
amas para que ella pueda volar con sus propias alas.
Respeta el derecho de las
personas de volar rumbo a sus sueños, tanto en el matrimonio como también así
en las relaciones familiares, de amistad y profesionales.
La lección principal es
recordar que solamente las personas libres son capaces de amar.
**Leyenda de internet** No puedo mencionar al autor, ya que, las leyendas son populares...
1 comentario:
Un relato con un gran mensaje. Ese es el verdadero y perdurable amor, el que se comparte en total libertad. Muy hermoso amiga.
Besos
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