Tenía poco tiempo y un gran problema. Con todos los recuerdos construidos, solo quedaba vivo un deseo.
Esperamos el tren de la vida, pero jamás pudimos
alcanzarlo.
Nos hicimos compañía en los momentos más escarpados, y los pensamientos
positivos cambiaron las sombras del mañana.
-¿Qué te unió a
él? –preguntó mi mejor amiga.
-¿Sabés guardar un
secreto?... Yo también.
Graciela Fioretti
07/07/2013
1 comentario:
Muy buena la contestación. Es curioso, cuando le preguntamos a alguien si sabe guardar un secreto y nos responde que si, le contamos toda la historia. No somos capaces de guardarlo y pedimos a los demás que lo hagan.
Excelente micro relato.
Besos
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