
“Me han dicho los Médicos que debo ser fuerte y no llorar cuando me encuentro a tu lado, pero me resulta difícil verte sumido en ese profundo sueño. No podrías imaginar el dolor que soporta mi corazón al verte así.
Amado mío, en soledad recuerdo nuestros mejores años, tu alegría, optimismo y ese andar sin prisa que te caracterizaba, repentinamente todo se había esfumado, la agresividad verbal hacia mi comenzó a destruirme cada vez más, habíamos dejado de ser felices y el abismo entre los dos era muy peligroso.
…Quiero que sepas que aquel trágico día, ese que me arrebató tu compañía, estaba por proponerte el divorcio, no quería que estuvieras a mi lado tan sombrío; sentía que ya no me amabas al estar privada de tus caricias. Ahora sé que estaba equivocada, por pensar y no intentar conversar sobre lo que te sucedía, afrontaste solo el desenlace silente.
Bajo la humedad de mis ojos, mi aliento se esfuma como humo de cigarrillo y te esbozo; ¿Por qué no confiaste en mí para enfrentar el problema? ¿Por qué tengo la sensación de que me creías débil? ¿Por qué me dejaste despierta mientras duermes? ¿Me darás algún día las respuestas?... Te amo profundamente y te necesito.”
“…Esperando el milagro, leo tu libro preferido, mientras nuestro tiempo se escurre.
En este día de San Valentín, quiero que sepas que nunca te abandonaré, porque siempre estuvimos enamorados.
Suplico una y otra vez, con la voz que me ahoga de angustia -¡Despierta amor, despierta!.”
Jyosti – Graciela Fioretti
Amado mío, en soledad recuerdo nuestros mejores años, tu alegría, optimismo y ese andar sin prisa que te caracterizaba, repentinamente todo se había esfumado, la agresividad verbal hacia mi comenzó a destruirme cada vez más, habíamos dejado de ser felices y el abismo entre los dos era muy peligroso.
…Quiero que sepas que aquel trágico día, ese que me arrebató tu compañía, estaba por proponerte el divorcio, no quería que estuvieras a mi lado tan sombrío; sentía que ya no me amabas al estar privada de tus caricias. Ahora sé que estaba equivocada, por pensar y no intentar conversar sobre lo que te sucedía, afrontaste solo el desenlace silente.
Bajo la humedad de mis ojos, mi aliento se esfuma como humo de cigarrillo y te esbozo; ¿Por qué no confiaste en mí para enfrentar el problema? ¿Por qué tengo la sensación de que me creías débil? ¿Por qué me dejaste despierta mientras duermes? ¿Me darás algún día las respuestas?... Te amo profundamente y te necesito.”
“…Esperando el milagro, leo tu libro preferido, mientras nuestro tiempo se escurre.
En este día de San Valentín, quiero que sepas que nunca te abandonaré, porque siempre estuvimos enamorados.
Suplico una y otra vez, con la voz que me ahoga de angustia -¡Despierta amor, despierta!.”
Jyosti – Graciela Fioretti
31/01/2011
**Obra registrada**