No sé cómo pudo contenerme,
en sus brazos cayó mi anhelo,
entre la ternura, leve y suave como espuma,
nació el más terrible deseo de Usted.
Cruje mi ansiedad en el desierto
mientras la última rosa se marchita,
sonido sordo de voz trémula,
junto a errantes gaviotas,
que con el viento del mar gritan.
Enredada entre la sombra de su cuerpo,
camino errante de un alma enamorada,
me da el aliento que alimenta una quimera
¿quién es Usted? ¿qué es Usted?
Con ojos que lloran, arden y claman,
en mi cuerpo frágil, quedó anudado.
Graciela Fioretti
24/02/2013
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